Érase una vez una nota llamada LA

Había una vez una nota que se llamaba LA y que vivía en un piano de segunda mano que le habían comprado a un niño pequeño para que aprendiera música. LA siempre estaba muy triste porque había una nota que se llamaba DO que era muy antipática y siempre le hacía la vida imposible.

 

 

 

 

 

 

DO siempre presumía que era la primera nota de todas y que por eso era la más importante. Se burlaba de LA y le decía que era muy tonta y que por eso la habían puesto al final. Solo SI era más tonta que ella, que ya era ser tonta! Al principio LA le replicaba y le decía que todas las notas eran igual de importantes pero DO se reía de ella y aún la molestaba más. DO le decía que el niño pequeño que estaba aprendiendo el piano siempre empezaba por ella porque todas las canciones que estaba aprendiendo empiezan por ella. Incluso si el niño quería cantar también la buscaba en el piano antes de empezar para tener el tono correcto.
Al final LA se cansó de escucharla y no la contestó más. Pero aún así DO la seguía molestando siempre y riéndose de manera cruel. Pobrecita LA, que triste y poca cosa se sentía. Cuando no la veía nadie lloraba el dolor que sentía en su corazón.
Un día sin embargo, Euterpe que es la musa de la música escuchó los tímidos llantos de LA y se le apareció para pedirle cuál era el motivo de su desconsuelo.
LA le dijo que era tan tonta que la habían puesto al final de las notas, que no servía para nada y que por eso se sentía tan triste.
Entonces Euterpe le contestó que todo lo que decía eran tonterías, que todas las notas eran importantes y que si acaso había una nota más importante que las otras era ella y no DO. Como LA no se creía nada de lo que decía Euterpe le explicó que antiguamente, en la época en que las musas vivían en los bosques de Grecia hace muchos siglos la primera nota era LA y no DO. Los griegos siempre comenzaban sus escalas por LA y además las hacían descendentes de manera que en vez de hacer LA SI DO RE MI FA SOL hacían LA SOL FA MI RE DO SI. De esta manera la que quedaba penúltima cuál era? DO! Así que quien era la tonta ahora?
LA le preguntó a Euterpe por que lo hacían así y Euterpe le explicó que los griegos descubrieron unas relaciones matemáticas entre todas las notas y que de todas las maneras que se podían ordenar había una que ellos llamaban el sistema más perfecto que era la mejor de todas. Y este sistema más perfecto empezaba por LA. La pobre LA le dijo a Euterpe que no entendía nada de lo que le contaba y que seguro que era porque realmente era muy tonta.
Pero Euterpe con paciencia le volvió a explicar todo para que lo pudiera entender. Le dijo que los griegos hacían grupos de cuatro notas y que los llamaban tetracordios. Entonces si juntaban dos tetracordios tenían una escala. Como las notas se pueden combinar de muchas maneras pues había muchas escalas diferentes. Con estas escalas se hacían músicas de diferentes tipos. Los griegos pensaban que la música influía en el carácter de las personas. Había música beneficiosa que hacía el bien a las personas y había música que no era demasiado recomendable porque podía volver a la gente mala. Incluso pensaban que alguna música podía curar a la gente enferma. Y de todas estas escalas, notas y músicas había una que para ellos era la más importante y empezaba por LA.
Cuando LA oyó esto se puso muy contenta y dejó de llorar. Finalmente Euterpe la había convencido de que ni era tonta ni era menos importante que las otras notas. Le dio las gracias por venir de tan lejos para hablarle de todo aquello que ella desconocía. Euterpe la saludó y se fue.
Cuando LA se quedó sola fue corriendo a ver a DO para explicarle todo lo que le había dicho Euterpe. Estaba segura de que de esta manera ya no se burlaría más de ella. Pero no fue así porque cuando DO escuchó toda la historia no se creyó ni una palabra. Le dijo que además de tonta era mentirosa y que todo aquello era una trola que no se creía nadie. Y además, aunque fuera verdad todo aquello había pasado hace mucho tiempo y ahora las cosas eran completamente diferentes.
Estaban en plena discusión cuando escucharon un ruido que venía de fuera del piano y callaron de repente. Primero se pensaron que era el niño pequeño que venía a tocar el piano pero las voces que se oían no eran del niño. Entonces vieron cómo se abría la tapa del piano y ellas se fueron corriendo hacia sus lugares antes de que las vieran allí en medio!
Cuando la tapa del piano se abrió del todo vieron un señor mayor. Escuchando lo que decía supieron que había venido para afinar el piano. Se ve que como el piano era de segunda mano necesitaba un repaso.
El hombre buscó en la maleta que llevaba y sacó una bolsita de piel. Metió la mano en la bolsita y sacó un pequeño diapasón. Lo hizo sonar y lo apoyó sobre el cuerpo del piano. Entonces puso una mano sobre el teclado para empezar a afinar el piano usando el sonido del diapasón como nota de referencia. DO se puso toda hinchada pensando que sería la primera nota que afinaría el señor. Pero no fue así porque el hombre fue directo a buscar a LA y empezó a afinar el piano. Cuando tuvo a LA bien afinada siguió con el resto. Cuando DO lo vio primero se puso negra de cólera, después verde de envidia y más tarde roja de vergüenza. Toda la escala cromática pasó por su cara ese día. Luego se escondió, calló y ya no dijo nunca nada bueno ni malo a nadie.

PARA SABER ALGO MAS…

No es casualidad que el diapasón del señor afinador tocara un LA. Todos los afinadores del mundo utilizan la nota LA como referencia, concretamente la que algunos llaman LA 440. Cualquier cosa que vibre 440 veces por segundo hará el mismo sonido que el diapasón del afinador.
En 1955 se decidió que este sonido en particular sería la nota de referencia de todos los instrumentos de mundo. Pianos, guitarras, arpas, violines, trompetas, flautas… todos afinan teniendo en cuenta esta nota. Todas las demás siempre salen a partir de esta primera nota. Nuestra modesta LA del cuento ya puede estar orgullosa.

Euterpe menciona algo que llama tetracordios. Ella dice que son grupos de cuatro notas. Como si fueran mini-escalas de cuatro notas. Poniendo una a continuación de la otra formaban las escalas.
A veces pasaba que la última nota del primer tetracordio era la misma que la primera nota del segundo tetracordio. Por ejemplo LA SOL FA MI y MI RE DO SI. Como el MI está repetido sólo lo contamos una vez y al final tenemos una escala de siete notas, que son las que nos son más familiares. A estos tetracordios los llamaban concordantes.
Otras veces las notas no coincidían y entonces los llamaban tetracordios discordantes. Por ejemplo SOL FA MI RE y DO SI LA SOL. El resultado como veis es una escala de ocho notas.

Finalmente, el sistema más perfecto que también menciona Euterpe está formado por cuatro tetracordios: El primero concordante, el segundo discordante, el tercero concordante y el cuarto discordante. Concretamente LA SOL FA MI y MI RE DO SI y LA SOL FA MI y MI RE DO SI.

Los griegos utilizaron las letras de su alfabeto para nombrar estas notas y los romanos más tarde copiaron el sistema traduciendo las letras al abecedario : A B C D E F G a b c d e f g.

Hoy en día todavía en muchas partes del mundo se usan estas letras para nombrar las notas musicales. Nosotros en cambio las decimos como las decimos por un monje de la Edad Media llamado Guido de Arezzo que enseñaba música y pensó una manera para que los alumnos recordaran mejor cada nota. Por eso les cambió el nombre y ahora nosotros nos sabemos de memoria el famoso DO RE MI FA SOL LA SI. Esto se explica con más detalle en esta otra entrada del blog: Historia de unas notas

Eso sí : ​​a la hora de hacer música todas todas todas las notas son igual de importantes.

 

Hace ya bastante tiempo (perdón por el retraso) Judith me preguntó acerca del porque los griegos nombraban las notas empezando por LA. Espero que con esta y la entrada anterior le haya podido aclarar la duda. :)

 

 

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