La gran mancha (cap. 2)

En episodios anteriores…

Eila vive en un futuro próximo donde todo el saber estaba guardado en ordenadores que por causas cósmicas quedan destruidos. Se encarga de recuperar toda la información posible de la chatarra y encuentra música de un antiguo compositor llamado Ockeghem.


– Reiguel! ¿Donde puñetas estás? ¡Te estoy esperando!
– Estoy al final de Saknussemm. Ya casi he llegado, ten un poco más de paciencia.
– Pensaba que estabas en Verne, ¿por qué no me has dicho que bajabas desde arriba?
– Porque te conozco. No te apures, ahora nos vemos. Por cierto, alguna vez te has preguntado por qué al túnel lo llaman Saknussemm?
– Pues no es algo que me interese demasiado ahora mismo…
– En el siglo XIX escribieron una historia sobre una expedición al centro de la Tierra. En esa historia se contaba que un sabio islandés había descubierto un camino que llevaba a las mismísimas entrañas del planeta. Su nombre era Saknussemm.
– ¿Ese tipo existió de verdad?
– No, era un personaje ficticio, igual que toda la historia. Y adivina cómo se llamaba el autor de la historia.
– Y yo qué voy a saber?
– Piensa un poco, hay más nombres por aquí que te suenen raros?
– Verne?
– Sí, Julio Verne. Fue un escritor francés que entre otras historias escribió ‘Viaje al centro de la Tierra’. No me dirás que no pega con el túnel?
– Pues igual sí que pega, pero para que me cuentas todo esto?
– Para distraerte y ganar tiempo. Anda, apaga que ya estoy contigo.
Eila se giró y vio que Reiguel entraba en la habitación. La espera se había hecho eterna pero por fin estaba ahí. El hombre se acercó apresuradamente resoplando, dejando en evidencia su sedentarismo y su ya más que mediana edad.
– Bien, donde está la misa?
– ¿Qué misa?
– Lo que he escuchado antes! La misa de Ockeghem!
– El audio está aquí, en la consola. Tengo otros ficheros procesándose, pero hasta ahora no he conseguido nada. Lo que te he puesto es lo que parece estar en mejor estado, pero está hecho cisco.

Eila puso en marcha de nuevo el audio y la sala volvió a llenarse de aquel sonido.

[audio:http://176.31.254.20/au/ockeghem_missa_prolationum_benedictus.mp3|titles=Johannes Ockeghem – Missa Prolationum (benedictus)]

A los pocos segundos intentó hablar pero Reiguel le hizo un gesto para que guardara silencio. El hombre parecía extasiado y escuchaba con atención.
A pesar de la advertencia no pudo contenerse por más tiempo y preguntó contrariada: ‘Pero que te pasa?’
– Hacía años que no escuchaba una música como esta. Es fantástico!
– Esto es música? A mi no me suena a música!
– Ah, no? Y qué es para ti música entonces?
– Pues… bueno a mi la música no me interesa pero he oído alguna cosa que me parece mucho mejor que esto. Hay una música sobre una cucaracha que no puede andar. Esa me gusta.
– Ya veo que realmente no te interesa. Pues te informo que has descubierto una joya y puede que algún día se te recuerde por este momento.
– Ah si? Por recuperar este audio raro? Suena muy extraño.
– Suena extraño porque no estás acostumbrada. Esto es una misa que compuso Johannes Ockeghem alrededor del 1460.
– Sí, eso ya me lo has dicho. Pero eso de la misa no es lo de la iglesia?
– Claro, por aquel entonces las misas se celebraban con música. Así que se componía música especialmente para ser interpretada durante los actos religiosos.
– Así que mientras rezaban sonaba esto?
– Bueno, más o menos. La ceremonia tenía diferentes partes y la música se iba intercalando entre ellas.
– ¿Y por qué suena tan raro?
– Porque oyes cantar a varias personas a la vez y las voces se superponen. Es algo bastante diferente a tu cucaracha. Pero si te fijas bien te darás cuenta que aunque sean independientes no se interfieren ni se molestan. Por eso el conjunto de todas ellas es tan hermoso.
– ¿Y esto lo hizo el Ockeghem este?
– Esta en concreto sí. Pero muchos otros han compuesto misas a lo largo de la historia. Por desgracia tras la Gran Mancha casi todo se ha perdido. Tienes algún otro audio?
– Mientras llegabas estuve trabajando en unos cuantos más que parecían recuperables. No creo que tarden mucho en procesarse.
– ¿También de Ockeghem?
– Eso parece. Al menos el nombre aparece en todos ellos.
– Fantástico, puede que tengamos suerte y recuperemos más cosas.
– ¿Y dices que vivió en el siglo XV?
– Nació alrededor de 1410 en Bélgica y murió en una ciudad de Francia llamada Tours en 1497. Fue un músico muy importante y respetado en su época y también con posterioridad. Se le considera el máximo exponente de la segunda generación de la escuela flamenca.
– ¿Qué es eso de la escuela flamenca?
– Es el movimiento artístico que surgió en Flandes en aquellos tiempos. Es un modo de designar con un nombre a todos los músicos de entonces que componían siguiendo estilos semejantes. Ockeghem era uno de ellos y como fue el sucesor de algunos músicos más mayores que él como Guillaume Dufay se dice que forma parte de la segunda generación.
– Así que se ponían de acuerdo y hacían la misma música.
– Yo no lo diría así. Digamos que tenían gustos semejantes y por eso la música que hacían seguían las mismas líneas maestras.
– ¿Y si todos hacían la misma música, por qué este es más importante?
– Menudas preguntas… pues siempre hay uno que destaca sobre los demás. ¿Acaso todos los recuperadores somos igual de buenos? ¿Dirías que Famarkhant es igual de bueno que tú recuperando?
– Ese inútil? Ni en sueños!
– Pues eso mismo. Siempre hay uno que está más cerca de la excelencia y por eso se le recuerda. Es el caso de Ockeghem.
– Lo recordarás tú, porque yo no había oído hablar de él en mi vida.
– Y es una pena. Como soy mayor que tú he tenido la suerte de recordar muchas cosas del mundo antes de la Gran Mancha. No te puedes imaginar la cantidad de música hermosa que podías escuchar entonces!
– Pero este hombre murió hace muchos siglos antes que la Gran Mancha. ¿Cómo es que sabes tanto de él?
– Bueno, siempre me ha gustado mucho la música y por eso acabé por estudiar estética e historia de la música en una escuela de música. Y por casualidad me tocó hacer un trabajo sobre este compositor. Supongo que por eso lo tengo más fresco en la memoria que otras cosas.

continuará…

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