La Estación Espacial Internacional es la pequeña avanzadilla que la humanidad ha colocado en la orilla del gran océano del espacio. Y hasta allí ha llegado tímidamente la pasión por la música.
Muchos astronautas son grandes aficionados a la música e incluso tocan regularmente algún instrumento musical. También existe una banda de rock formada íntegramente por astronautas.
Al principio las misiones al espacio eran más breves y con poco o ningún momento que se pudiera dedicar al ocio. Pero eso ha ido cambiando poco a poco y con el tiempo la idea de subir ahí arriba acompañado de una guitarra ha dejado de ser disparatada.
Unos meses antes de empezar su misión de seis meses en la ISS el equipo de soporte psicológico le preguntó al astronauta Carl Walz en que tipo de cosas le gustaría dedicar su tiempo libre allá arriba. Y él dijo que estaría bien poder tocar un teclado.
La respuesta que le dieron fue un tanto evasiva: Bien, lo estudiaremos. Pero el caso es que finalmente el teclado viajó al espacio y ahora convive con todo el instrumental científico que poco a poco se va acumulando en la estación.
Algunos estudios realizados apuntan que la música tiene un efecto positivo sobre el rendimiento, el aprendizaje y la concentración. La música puede ayudar a la relajación y a que el cuerpo libere hormonas, incluyendo la oxitocina, que estimula el trabajo en equipo y la empatía positiva. De modo que puede que los psicólogos pensaran que la idea de Walz no era ninguna extravagancia.
Además del teclado también han visitado la estación espacial flautas, guitarras e incluso un didgeridoo. Pero la cosa no es tan simple como meter tu instrumento en la mochila como si te fueras de excursión. Como cualquier otra cosa que se sube al espacio debe pasar una serie de pruebas. Por ejemplo, en el caso del teclado se debe comprobar que no provoque ningún tipo de interferencia electromagnética en los aparatos de la estación espacial. La guitarra por otra parte es potencialmente peligrosa porque es un objeto de madera y por tanto inflamable. Por ese motivo se pide a los astronautas-guitarristas que tengan mucho cuidado y atención a la hora de escoger el sitio donde van a tocar y el lugar donde piensan guardar el instrumento.
También se hacen pruebas de emanación de gases. En la Tierra, donde tenemos una atmósfera abierta no supone ningún problema si un objeto desprende ciertas substancias. En cambio la ISS es un lugar mucho más reducido con una atmósfera cerrada y cualquier partícula tóxica puede ser perjudicial.
¿Y que tal suenan estos instrumentos en el espacio? Pues exactamente igual que en la Tierra. La ausencia de gravedad no afecta la acústica ni la sonoridad de os instrumentos. En cambio en algunos casos afecta notablemente la manera de tocar y todo ello por culpa de la tercera ley de Newton.
La tercera ley de Newton dice que «siempre que un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, este segundo cuerpo ejerce una fuerza igual y de sentido contrario sobre el primero».
Es decir, que cuando un pianista toca el piano está haciendo fuerza sobre las teclas para hacerlas sonar, pero al mismo tiempo las teclas hacen la misma fuerza en sentido contrario contra el pianista. En la Tierra esto no tiene ninguna importancia porque la fuerza es tan pequeña y el pianista tan pesado que ni se apercibe de ello.
En cambio en condiciones de microgravedad la cosa es muy diferente porque el pianista ya no pesa y por tanto esta pequeña fuerza de las teclas contra el pianista es suficiente para hacer que salga despedido hacia el techo.
La solución en estos casos es sujetarse de algún modo para evitar salir volando. En este vídeo podéis ver como para tocar el teclado el astronauta se pasa alrededor de su cintura una cuerda atada al suelo.
Ed Lu tocando el teclado de la ISS
En esta otra foto se puede ver como la solución es fijar los pies en el suelo. Bueno… en el techo.
En el caso de la flauta también encontramos un problema semejante ya que incluso el aire que sale de la boca al tocar hace las funciones de pequeño reactor y desplaza al músico por toda la estancia. Para solventarlo lo mejor es tener bien sujetos los pies al suelo, tal como ya se ha explicado.
Cady Coleman tocando la flauta en la ISS
La astronauta que habéis visto tocar brevemente la flauta se llama Cady Coleman y por esas cosas del azar su estancia en la Estación Internacional coincidió con el 50 aniversario del vuelo de Yuri Gagarin, el primer hombre que viajó al espacio. Por ese motivo pensaron en hacer un pequeño homenaje al pionero ruso que consistió en un dueto de flautas a cargo de Cady tocando desde el espacio y el líder de la banda de rock Jethro Tull, Ian Anderson desde la Tierra.
Dueto de Cady Coleman y Ian Anderson en homenaje a Yuri Gagarin
Se puede decir que los guitarristas en el espacio tienen sus ventajas y también algún pequeño inconveniente. Por un lado se puede tocar la guitara sin correa. Como el instrumento no pesa es muy fácil sujetarlo. Por otro lado si se toca con púa y por esas cosas la púa se nos escapa de las manos hay que ser rápido en volverla a coger porque no caerá al suelo sino que se irá flotando hasta vete a saber donde y es muy fácil que se acabe perdiendo.
En este vídeo podéis hacer una pequeña excursión por la estación espacial. Veréis que es bastante estrecha pero también más grande de lo que pueda parecer. Incluso permite encontrar algún rincón apartado donde poder tocar en la intimidad. Como dijo nuestro amigo Carl Walz : la música hace que te sientas un poco menos como en una nave espacial y un poco más como en casa.
Pequeño tour por la ISS y breve blues a cargo de Rod Garan
Finalmente, ya que hemos subido hasta aquí sería imperdonable no echar un vistazo a nuestro planeta desde una de sus privilegiadas ventanas. Una cosa así no se ve todos los días.
Una ventana con vistas privilegiadas…