El célebre guitarrista de Metallica explica con sus propias palabras cómo y por que empezó a tocar la guitarra.
«Siendo un chaval en San Francisco durante los 70 solía salir con mi hermano y sus amigos del colegio. Cuando mis padres se mudaron a un pequeño barrio de las afueras mi hermano se quedó en la ciudad. Lo eché mucho de menos y para tapar el hueco que había dejado empecé a escuchar la misma música que escuchaba él: Hendrix, Zeppelin, Cream, Deep Purple y Santana. Luego me enteré que un amigo vendía una guitara eléctrica y me hice con ella. Mi hermano también tocaba así que le pregunté si le parecía buena idea.»
«Durante un par de meses estuve haciendo el tonto con la guitarra una media hora cada día y luego acabó en un rincón de mi armario. Cuando fui a ver a mi hermano a la ciudad me preguntó si aun seguía tocando la guitarra. No le quise decir que ya no lo hacía de modo que le dije que sí. Me dijo que eso era genial y sugirió que fuéramos a comprar cuerdas nuevas para la guitarra. Así que fuimos a por ellas (me costaron 5 pavos duramente ganados), cambiamos las cuerdas y entonces fue cuando de verdad empecé a tocar.»
«Empecé comprando libros instruccionales, pero no me enseñaban lo que yo quería saber. Así que empecé a escuchar discos para aprender. Nunca tuve mucha vida social en el instituto y siempre fui más bien tímido e introvertido. Tampoco tenía nada que hacer, así que empecé a tocar como un loco. Además como había idealizado a los grandes guitarristas una vez que empecé a aprender su música me hizo sentir más cercano a ellos. Sentía que podía comprenderlos mejor y eso me dio una especie de relación espiritual.»
«Micheal Schenker jugó un papel muy importante a la hora de modelar mi estilo y finalmente pude conocerlo en persona. Inmediatamente le conté cómo había aprendido todo lo que había hecho desde que estaba en UFO y MSG, y también cómo había intentado reproducir su sonido comprando una flying V, marshalls y pedales de wahwah. Entonces me empecé a poner muy nervioso (mi novia me tuvo que decir que me calmara. Por decirlo de algún modo para mi era como encontrarme con Papá Noel) de lo muy impactante que era todo aquello para mi.»
«Finalmente empecé a sentirme confortable con mi improvisación y lo que iba creando a los tres o cuatro años de empezar a tocar.
Me di cuenta que las ideas musicales son como semillas y que estas ideas surgen de otras ideas. Empecé a ver la guitarra como un lienzo negro y a mi mismo como pintor. Estaba metido en algo que me satisfacía creativamente. Antes de eso siempre había sido un soñador. La guitarra me permitió expresar esas fantasías musicalmente.»«Cuando era joven pensaba que lo que tocaba era genial y estuve un tiempo con esa actitud arrogante y desafiante. Pero ahora, mirando atrás me doy cuenta que estaba muy frustrado porque no había alcanzado el nivel que yo quería. Recientemente me he dado cuenta que hace unos pocos años que he alcanzado ese nivel y ahora me he puesto nuevos objetivos, básicamente en términos de ser capaz de expresarme de diferentes modos. Estoy aprendiendo blues como nunca y escuchando guitarristas como Albert King o Buddy Guy, gente que influenció a la gente que me influenció a mi. Es como remontarse en el árbol genealógico musical.»
«Siento que finalmente he alcanzado la meta que me puse a mi mismo cuando tenía 13 ó 14 años: poder tocar de modo coherente, y decir cosas con la guitarra que no era capaz de decir en una conversación normal. Me siento mucho más maduro en mi relación con mi instrumento. Actualmente, ya sea algo nuevo que aprendo o algo bueno que escribo me hace sentir como si estuviera haciendo un ingreso en el banco de las ideas creativas.»