Semilla de vocación

La vocación es el deseo o la certeza de que has nacido para realizar una cierta actividad. Es cuando tienes claro a qué te gustaría dedicarte, cuando tienes la convicción de que has nacido para hacer o ser tal cosa.
Imagino que todo el mundo ha tenido en algún momento de su vida una revelación semejante y que su detonante ha sido de lo más variopinto. La familia, una conversación, un pensamiento profundo, una experiencia impactante… la lista puede ser infinita. Incluso la televisión, un medio asociado a la banalidad y al aborregamiento de las personas puede ser la chispa que lleve a un niño corriente a convertirse en uno de los pianistas más famosos del mundo.

 

 

Lang Lang

Lang Lang

Lang Lang es uno de los pianistas más célebres y populares de la actualidad. Un joven de origen Chino que se ha erigido en una especie de estrella del rock de la música clásica. Poseedor de una expresividad musical superlativa, así como de una expresividad gestual de lo más exuberante.
Nació en 1982 en la ciudad de Shenyang, que aunque no nos suene de nada tiene la bonita cifra de 8 millones de habitantes.
El padre de Lang Lang también es músico, concretamente toca un instrumento tradicional llamado erhu, una especie de violín de dos cuerdas.
Con un músico en la familia Lang Lang tenía bastantes números para dedicarse también a la música, como así acabó pasando. Pero fue un episodio de dibujos animados lo que empujó al entonces niño a aprender a tocar el piano.
Efectivamente, cuando tan solo contaba con dos años de edad vio un episodio de Tom y Jerry titulado The cat concerto. En dicho episodio el gato Tom se nos aparece como un gran pianista que interpreta con gran maestría una conocida pieza. Al principio todo va bien hasta que aparece el ratón Jerry dispuesto a fastidiarle la actuación a cualquier precio. Mientras la pieza sigue avanzando la lucha entre ambos va en aumento y con ello las situaciones cómicas y divertidas.
En realidad este corto de animación ya ha aparecido antes en este blog, concretamente en la entrada titulada un poco de humor musical. Pero ahora lo podéis volver a ver y disfrutar aquí mismo.

 

Tom & Jerry – The cat concerto

Se estrenó en abril de 1947 y fue dirigido por William Hanna y Joseph Barbera, (los cuales más tarde fundarían su propia empresa y crearían personajes tan célebres como el Oso Yogui, Pixie y Dixie o La hormiga atómica) mientras que Scott Bradley se encargó de la supervisión musical.
El trabajo realizado fue excepcional y prueba de ello fue que ganaron un Oscar en 1946 al mejor corto de animación.
Curiosamente además de la anécdota de Lang Lang existe otra relacionada con este episodio de la Metro Goldwin Mayer y es que ese mismo año la Warner Brothers realizó un corto de animación titulado Rhapsody Rabbit con Bugs Bunny como protagonista y que presentaba unas similitudes tan grandes que era difícil creer que fueran producto de la casualidad. En él podemos ver a Bugs Bunny convertido en un virtuoso pianista que interpreta elegantemente vestido la misma pieza que toca el gato Tom. Y al igual que le ocurre al gato, un ratón se cruza en el camino del conejo que le acaba fastidiando su recital.
Ambos estudios se acusaron mutuamente de plagio y actualmente aun no está claro si efectivamente existió y quien lo cometió. Eso sí, hay que reconocerle a Bugs Bunny el descubrimiento de un remedio definitivo contra la tos.

 

Bugs Bunny – Rhapsody Rabbit

 

Unos años más tarde el pájaro loco se sumó a la lista de animales-pianistas interpretando nuevamente la misma pieza en el episodio Convict concerto.

 

El pájaro loco – Convict concerto

 

Nos queda por hablar un poquito de la música que tocan nuestros amigos. Se trata de la Rapsodia Húngara nº 2 que compuso Franz Liszt en 1847. Liszt fue uno de los mayores pianistas de todos los tiempos y algunas de sus piezas son de una elevada dificultad. Fue rival y amigo de Frédéric Chopin, otro grandísimo pianista.
En total compuso 19 rapsodias, obras para piano basadas en música popular húngara. De todas ellas sin duda la más conocida es la protagonista de esta entrada. La pieza consta de dos partes: el Lassan (lento) y el Friska (rápido).
Y ahora qué mejor final que poder ver a Lang Lang interpretando la Rapsodia Húngara nº 2 de Franz Liszt, pero esta vez sin ratones ni ladrones de por medio.

 

Lang Lang – Rapsodia Húngara nº2 de Franz Liszt

 

 

La vocación es el deseo o la certeza de que has nacido para realizar una cierta actividad. Es cuando tienes claro a que te gustaría dedicarte, cuando tienes la convicción de que has nacido para hacer o ser tal cosa.
Imagino que todo el mundo ha tenido en algún momento de su vida una revelación semejante y que su detonante ha sido de lo más variopinto. La familia, una conversación, un pensamiento profundo, una experiencia impactante… la lista puede ser infinita. Incluso la televisión, un medio asociado a la banalidad y al ‘aborregamiento’ de las personas puede ser la chispa que lleve a un niño corriente a convertirse en uno de los pianistas más famosos del mundo. 

Lang Lang es uno de los pianistas más célebres y populares de la actualidad. Un joven de origen Chino que se ha erigido en una especie de ‘estrella del rock’ de la música clásica. Poseedor de una expresividad musical superlativa, así como de una expresividad gestual de lo más exuberante.
Nació en 1982 en la ciudad de Shenyang, que aunque no nos suene de nada tiene la bonita cifra de 8 millones de habitantes.
El padre de Lang Lang también es músico, concretamente toca un instrumento tradicional llamado ‘erhu’, una especie de violín de dos cuerdas.
Con un músico en la familia Lang Lang tenía bastantes números para dedicarse también a la música, como así acabó pasando. Pero fue un episodio de dibujos animados lo que empujó al entonces niño a aprender a tocar el piano.
Efectivamente, cuando tan solo contaba con dos años de edad vio un episodio de Tom y Jerry titulado ‘The cat concerto’. En dicho episodio el gato Tom se nos aparece como un gran pianista que interpreta con gran maestría una conocida pieza. Al principio todo va bien hasta que aparece el ratón Jerry dispuesto a fastidiarle la actuación a cualquier precio. Mientras la pieza sigue avanzando la lucha entre ambos va en aumento y con ello las situaciones cómicas y divertidas.
En realidad este corto de animación ya ha aparecido antes en este blog, concretamente en la entrada titulada ‘un poco de humor musical’. Pero ahora lo podéis volver a ver y disfrutar aquí mismo.

Se estrenó en abril de 1947 y fue dirigido por William Hanna y Joseph Barbera, (los cuales más tarde fundarían su propia empresa y crearían personajes tan célebres como el Oso Yogui, Pixie y Dixie o La hormiga atómica) mientras que Scott Bradley se encargó de la supervisión musical.
El trabajo realizado fue excepcional y prueba de ello fue que ganaron un Oscar en 1946 al mejor corto de animación.
Curiosamente además de la anécdota de Lang Lang existe otra relacionada con este episodio de la Metro Goldwin Mayer y es que ese mismo año la Warner Brothers realizó un corto de animación titulado ‘Rhapsody Rabbit’con Bugs Bunny como protagonista y que presentaba unas similitudes tan grandes que era difícil creer que fueran producto de la casualidad. En él podemos ver a Bugs Bunny convertido en un virtuoso pianista que interpreta elegantemente vestido la misma pieza que toca el gato Tom. Y al igual que le ocurre al gato, un ratón se cruza en el camino del conejo que le acaba fastidiando su recital.
Ambos estudios se acusaron mutuamente de plagio y actualmente aun no está claro si efectivamente existió y quien lo cometió. Eso sí, hay que reconocerle a Bugs Bunny el descubrimiento de un remedio definitivo contra la tos.

Unos años más tarde el ‘pájaro loco’ se sumó a la lista de animales-pianistas interpretando nuevamente la misma pieza en el episodio ‘Convict concerto’.

Nos queda por hablar un poquito de la música que tocan nuestros amigos. Se trata de la Rapsodia Húngara nº 2 que compuso Franz Liszt en 1847. Liszt fue uno de los mayores pianistas de todos los tiempos y algunas de sus piezas son de una elevada dificultad. Fue rival y amigo de Frédéric Chopin, otro grandísimo pianista.
En total compuso 19 rapsodias, obras para piano basadas en música popular húngara. De todas ellas sin duda la más conocida es la protagonista de esta entrada. La pieza consta de dos partes: el Lassan (lento) y el Friska (rápido).
Y ahora qué mejor final que poder ver a Lang Lang interpretando la Rapsodia Húngara nº 2 de Franz Liszt, pero esta vez sin ratones ni ladrones de por medio.

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